03 noviembre 2009

Origen del Abanico Embrujado

Aires de Embrujo fue fundada en 1904 como negocio conjunto entre dos hermanos. Uno de ellos, Nicolás Escobar que vivió en las Americas hace tiempo, había emigrado a Argentina desde Cuba por la pérdida de la colonia en 1898. Su negocio fue la comercialización de madera. Mientras tanto, que ha permaneció en España, se dedico a la producción de azúcar, en donde España era potencia mundial y quiere seguir siéndolo.

La idea de fabricar abanicos sale de asiduas y esperadas comunicaciones por carta. Pero no como empresa, sino como afición, respuesta a peticiones de la familia y amigos...Uno tiene las materias primas, el otro conoce a las personas, y ambos toman la iniciativa como ello, una actividad secundaria.

En los primeros años, todo se hace totalmente por encargo, en cantidades reducidas y artesanalmente. Pasa el tiempo y ya en los años 20 las posibilidades de negocio aumentan. Es entonces cuando se establece formalmente una empresa de fabricación de abanicos, con un taller, maestros y aprendices en plantilla, etc. Sin embargo, la Guerra Civil corta los buenos inicios de la compañía que no trabaja de nuevo hasta 1945-1950 y a duras penas consigue en 10 años más recuperar los niveles de antes de la guerra.

En 1960, la moda, el turismo y la mejora de la economía ponen al abanico tradicional en desuso y significan una casi desaparición del negocio familiar, que sin embargo resiste gracias a dirigirse a un nuevo mercado: souvenir y recuerdo típico español. Así prosigue el negocio, combinando el mercado tradicional con el sobrevenido, inculcando las enseñanzas y buenas artes de confección y fabricación de nuestras pequeñas obras de arte de generación en generación.

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